¿Porqué son más seguras que antes las operaciones de obesidad?

Los motivos son muchos, pero los destacados son:

  1. Una formación de los cirujanos de obesidad muy bien preestablecida y exigente.
  2. La creación de Unidades específicas para la cirugía de la obesidad, con profesionales especialmente entrenados y dedicados fundamentalmente a la cirugía de la obesidad, tanto cirujanos, como anestesistas, endoscopistas, radiólogos, cardiólogos; la obesidad se ha convertido en una especialidad, porque el diagnóstico y el tratamiento de cualquier paciente obeso, siempre tiene factores distintivos que hay que aprender a manjar. También el paciente obeso, requiere de una sensibilidad especial en el trato, porque son pacientes que han sufrido durante años, la presión y exigencia de su entorno familiar, personal y laboral. La sociedad es en general poco comprensiva con la obesidad.
  3. La creación de Equipos Multidisciplinares, nutricionistas, psicólogos, preparadores deportivos, con los que tenemos que trabajar los médicos para conseguir un buen resultado a largo plazo en nuestros pacientes.
  4. Y por último las dotaciones técnicas de los hospitales. La última tecnología, los quirófanos de alta tecnología, la laparoscopia mini-invasiva, la cirugía mediante Robot DaVinci, los métodos anestésicos cada vez más seguros y menos invasivos, aportan una enorme seguridad a las operaciones de obesidad.

A parte de la tecnología, ¿hay otros factores que verdaderamente influyan en la seguridad de la cirugía de la obesidad?

Sí, efectivamente. La preparación del paciente y la participación del mismo y de la familia en todo esto.

Las operaciones de obesidad, realizadas en equipos expertos y bien coordinados, tienen una fase imprescindible de preparación preoperatoria, y que tiene una duración de entre 1 a 3 semanas, o puntualmente hasta 6 semanas. Durante este periodo el paciente debe de realizar un esfuerzo importante, con un cambio brusco en la ingesta (sólo ingiere nutrientes artificiales hiperprotéicos y fruta y ensalada sin condimentar) y también en el ejercicio físico realizando una hora de ejercicio físico diario.

En esta fase es muy importante la implicación de la familia y del entorno personal de paciente. Nosotros siempre recomendamos al paciente, “no mirar hacia los lados”, “sólo mirar el objetivo, el día de la operación”. El premio es una pérdida de peso visceral que ayuda técnicamente al cirujano, una disminución de edemas y con ello la disminución posible trombosis perioperatoria, y una mejoría del estado de forma cardio-pulmonar y emocional.

Cuando el paciente nos dice “me encuentro tan bien que ya casi no me operaría”, sabemos que está muy bien preparado para la operación.

Además en estas condiciones, las recuperación postoperatoria es mucho más fácil y ágil. A los pacientes se les puede aplicar protocolos de “Rápida recuperación postoperatoria o Fast Track” que nos permiten estancias hospitalarias de sólo 24 horas para cualquier tipo de cirugía y grado de obesidad.

A partir de aquí, y cuando ha sido posible un alta hospitalaria a las 24 horas de una operación de obesidad que va a cambiar la vida del paciente, todo son cosas buenas. El paciente se muestra fuerte emocionalmente, capaz y confiado en su proceso de recuperación.